Saturday, February 13, 2010

fully empowered / plenos poderes

Since I still had Spanish fresh in my mind from Mami's visit I decided to read this bilingual book of poetry by Pablo Neruda:

Here are some of my favorite poems:


Planeta

HAY PIEDRAS de agua en la luna?

Hay aguas de oro?

De qué color es el otoño?

Se unen uno a uno los días

hasta que en una cabellera

se desenlazan? Cuánto cae

—papeles, vino, manos, muertos—

de la tierra en esa comarca?

Viven allí los ahogados?




Nace

YO AQUÍ vine a los límites

en donde no hay que decir nada,

todo se aprende con tiempo y océano,

y volvía la luna

sus líneas plateadas

y cada vez se rompía la sombra

con un golpe de ola

y cada día en el balcón del mar

abre las alas, nace el fuego

y todo sigue azul como mañana.




Oda para planchar

LA POESÍA es blanca:

sale del agua envuelta en gotas,

se arruga y se amontona,

hay que extender la piel de este planeta,

hay que planchar el mar de su blancura

y van y van las manos,

se alisan las sagradas superficies

y así se hacen las cosas:

las manos hacen cada día el mundo,

se une el fuego al acero,

llegan el lino, el lienzo y el tocuyo

del combate de las lavanderías

y nace de la luz una paloma:

la castidad regresa de la espuma.




Los nacimientos

NUNCA RECORDAREMOS haber muerto.

Tanta paciencia

para ser tuvimos

anotando

los números, los días,

los años y los meses,

los cabellos, las bocas que besamos,

y aquel minuto de morir

lo dejaremos sin anotación:

se lo damos a otros de recuerdo

o simplemente al agua,

al agua, al aire, al tiempo.

Ni de nacer tampoco

guardamos la memoria,

aunque importante y fresco fue ir naciendo;

y ahora no recuerdas un detalle,

no has guardado ni un ramo

de la primera luz.

Se sabe que nacemos.

Se sabe que en la sala

o en el bosque

o en el tugurio del barrio pesquero

o en los cañaverales crepitantes

hay un silencio enteramente extraño,

un minuto solemne de madera

y una mujer se dispone a parir.

Se sabe que nacimos.

Pero de la profunda sacudida

de no ser a existir, a tener manos,

a ver, a tener ojos,

a comer y llorar y derramarse

y amar y amar y sufrir y sufrir,

de aquella transición o escalofrío

del contenido eléctrico que asume

un cuerpo más como una copa viva,

y de aquella mujer deshabitada,

la madre que allí queda con su sangre

y su desgarradora plenitud

y su fin y comienzo, y el desorden

que turba el pulso, el suelo, las frazadas,

hasta que todo se recoge y suma

un nudo más el hilo de la vida,

nada, no quedó nada en tu memoria

del mar bravío que elevó una ola

y derribó del árbol una manzana oscura.

No tienes más recuerdo que tu vida.




Adioses

OH ADIOSES a una tierra y otra tierra,

a cada boca y a cada tristeza,

a la luna insolente, a las semanas

que enrollaron los días y desaparecieron,

adiós a esta y aquella voz teñida

de amaranto, y adiós

a la cama y al plato de costumbre,

al sitio vesperal de los adioses,

a la silla casada con el mismo crepúsculo,

al camino que hicieron mis zapatos.

Me difundí, no hay duda,

me cambié de existencias,

cambié de piel, de lámpara, de odios,

tuve que hacerlo

no por ley ni capricho,

sino que por cadena,

me encadenó cada nuevo camino,

le tomé gusto a tierra a toda tierra.

Y pronto dije adiós, recién llegado,

con la ternura aún recién partida

como si el pan se abriera y de repente

huyera todo el mundo de la mesa.

Así me fui de todos los idiomas,

repetí los adioses como una puerta vieja,

cambié de cine, de razón, de tumba,

me fui de todas partes a otra parte,

seguí siendo y siguiendo

medio desmantelado en la alegría,

nupcial en la tristeza,

sin saber nunca cómo ni cuándo

listo para volver, mas no se vuelve.

Se sabe que el que vuelve no se fue,

y así la vida anduve y desanduve

mudándome de traje y de planeta,

acostumbrándome a la compañía,

a la gran muchedumbre del destierro,

a la gran soledad de las campanas.



Alstromeria

EN ESTE MES de enero la alstromoeria,

la sepultada flor, la sumergida,

de su secreto sube hacia los páramos.

Y amaneció rosado el roquerío.

Mis ojos reconocen

su marca triangular sobre la arena.

Yo me pregunto

viendo

el diente pálido

de un pétalo, el regazo

perfecto de sus íntimos lunares,

el suave fuego de su simetría,

cómo se preparó bajo la tierra?

Cómo donde no había sino polvo,

pedruscos o ceniza

surgió incitante, pura, aderezada,

encrespando en la vida su hermosura?

Cómo fue aquel trabajo subterráneo?

Cuándo se unió la forma con el polen?

Cómo a la oscuridad

llegó el rocío

y ascendió con la tierna llamarada

de la flor repentina

hasta que se tejieron gota a gota,

hilo por hilo las regiones secas

y por la luz rosada

pasó el aire esparciendo la fragancia

como si allí naciera

de pura tierra seca y abandono

fecundidad florida,

frescura por amor multiplicada?

Así pensé en enero

mirando el seco ayer mientras ahora

tímida y crespa crece

la tierna multitud de alstromoeria:

y donde piedra y páramo

estuvieron

pasa el viento en su nave navegando

las olas olorosas.



Pasado

41

TENEMOS que echar abajo el pasado

y como se construye

piso por piso, ventana a ventana,

y sube el edificio

así bajando vamos

primero tejas rotas,

luego orgullosas puertas,

hasta que del pasado

sale polvo

como si se golpeara

contra el suelo,

sale humo

como si se quemara,

y cada nuevo día

reluce

como un plato

vacío:

hay nada, no hubo nada:

hay que llenarlo

de nuevas nutriciones

espaciosas,

entonces, hacia abajo

cae el día de ayer

como en un pozo

al agua del pasado,

a la cisterna

de lo que ya no tiene voz ni fuego.

Es difícil

acostumbrar los huesos

a perderse,

los ojos

a cerrarse

pero

lo hacemos

sin saberlo:

todo era vivo,

vivo, vivo, vivo

como un pez escarlata

pero el tiempo

pasó con trapo y noche

y fue borrando

el pez y su latido:

al agua al agua al agua

va cayendo el pasado

aunque se agarre

a espinas

y raíces:

se fue se fue y no valen

los recuerdos:

ya el párpado sombrío

cubrió la luz del ojo

y aquello que vivía

ya no vive:

lo que fuimos no somos.

Y la palabra aunque las letras tengan

iguales transparencias y vocales

ahora es otra y es otra la boca:

la misma boca es otra boca ahora:

cambiaron labios, piel, circulaciones,

otro ser ocupó nuestro esqueleto:

aquel que fue en nosotros ya no está:

se fue, pero si llaman, respondemos

"Aquí estoy" y se sabe que no estamos,

que aquel que estaba, estuvo y se perdió:

se perdió en el pasado y ya no vuelve.

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